La gripe es una enfermedad estacional que
causa cada año severas epidemias, las cuales alcanzan su auge durante el
invierno. Una enfermedad que puede ser más o menos grave en función de la
condición fisiológica de quien la padece. Además de los consiguientes problemas de salud que genera, la gripe
también es la culpable de pérdidas
económicas importantes cada año, debido a las bajas laborales de los
pacientes y al gasto sanitario que conlleva su tratamiento.
Una
enfermedad grave que cuenta con una herramienta fundamental en su propagación y
diseminación, una vacuna altamente eficaz en inmunología. La vacunación es la forma más eficaz de prevenir la infección. Sin
embargo, España suspende año tras año en cuanto a cobertura vacunal.
¿Y qué puede hacer la administración
sanitaria para mejorar estos datos? Para aclararnos un poco este tema, esta
semana viene a la iRebotica de Pilar, Francisco Rua, autor del blog “El rincón del
linimento” para desarrollarlo con más detalle. Muchas gracias por tu
aportación. Ahora sólo hace falta que las administraciones también nos lean y
que se decidan a poner solución a este problema. Os dejo con el post de Paco:
LA TASA DE VACUNACIÓN ANTIGRIPAL ESTÁ 20
PUNTOS POR DEBAJO DE LAS RECOMENDACIONES INTERNACIONALES. ¿LE SUPONE ALGÚN
PROBLEMA A LOS RESPONSABLES POLÍTICOS?
Las epidemias anuales de gripe pueden
afectar gravemente a todos los grupos de edad, aunque quienes corren mayor
riesgo de sufrir complicaciones son los llamados grupos de riesgo: los menores
de 2 años, los mayores de 65 y las personas de todas las edades con
determinadas afecciones, tales como inmunodepresión o enfermedades crónicas
cardiacas, pulmonares, renales, hepáticas, sanguíneas o metabólicas (por
ejemplo, la diabetes).
Estas epidemias pueden causar gran absentismo laboral y escolar (en España un 14,8% de
las incapacidades transitorias son
causadas por la gripe), y pérdidas de productividad. Las clínicas y los hospitales se ven
colapsados por el gran número de enfermos que acuden a ellos durante los
periodos de máxima actividad de la enfermedad.
La tasa de ataque anual de la gripe a
nivel mundial es del 5% a 10% en adultos, y del 20% a 30% en niños. La
enfermedad es causa de hospitalización y muerte, sobre todo en los grupos de
alto riesgo (niños muy pequeños, ancianos y enfermos crónicos). Estas epidemias
anuales causan en Europa una media de 38.500 muertes al año.
En nuestro país las muertes se estiman
entre 1,61 y 3,37 por 100.000 habitantes
y año. La gran mayoría de las muertes se dan en personas mayores de 64 años y
en aquellas que por determinadas condiciones fisiológicas, o de enfermedad,
son más susceptibles a sufrir las complicaciones de la gripe.
La vacunación
oportuna es la herramienta de mayor eficacia e impacto para
la prevención, ya que evita el 70% de las hospitalizaciones y el 85% de los
fallecimientos. La importancia de la vacunación radica
en que las vacunas no sólo benefician a las personas vacunadas, sino también a
las no vacunadas que son susceptibles de contraer la enfermedad (es lo que se
denomina efecto rebaño).
En los adultos sanos la vacunación antigripal puede proporcionar una
protección razonable. En los ancianos puede ser menos efectiva para prevenir la
enfermedad, pero aun así reduce su gravedad y la incidencia de complicaciones y
muertes.
La media en la campaña
anterior 2015/2016 fue de un 56,1% en el grupo de
riesgo mayoritario, los mayores de 65
años. En la temporada anterior la cobertura sólo llegó al 56,2 %
de la población española mayor de 65 años. Muy lejos (casi 20
puntos por debajo) del objetivo de vacunar a al menos al 75% de los ancianos.
Porcentaje recomendado tanto por la OMS como por el Consejo de la Unión
Europea. A pesar de la gratuidad de la vacuna casi la mitad de la población mayor de 65 años no se vacuna.
La plena aplicación de dichas
recomendaciones (de la OMS y el Consejo de la Unión Europea)
podría de inmediato reducir una importante carga económica y de salud pública. El coste de no vacunar es que por cada 350 no
vacunados, haya un ingreso no evitado, y
por cada 3.500 no vacunados, un fallecimiento no evitado. Las muertes debidas a
complicaciones de la gripe muertes se estiman entre
1,61 y 3,37 por 100.000 habitantes y año.
¿ESTO
LE SUPONE ALGÚN PROBLEMA A NUESTROS RESPONSABLES POLÍTICOS?
EN
CASO DE QUE LES SUPONGA ALGÚN PROBLEMA, ¿QUÉ SE HAN PLANTEADO HACER?
¿Qué hacer para aumentar las tasas de cobertura de la Gripe y aproximarse a
los objetivos marcados por la OMS y el Consejo de la Unión Europea?
a).- Aportar información: si la población diana no conoce la información
¿cómo va a saber si tienen necesidad de vacunarse? Posibles acciones serían:
difundir la campaña de vacunación, realizar labores de educación sanitaria
individual y colectiva, usar recordatorios: por mail, SMS…
b).- Ofertar la vacuna a la
población de riesgo. Cuando se va al médico, al enfermero, se recuerda la
recomendación de vacunarse. Sin embargo, debido al sistema de receta
electrónica no se visita tanto al médico, posiblemente, tendrá que ir una media
de 5 veces a la farmacia durante la campaña. Los farmacéuticos son útiles en la identificación de pacientes
elegibles para ser vacunados a
través de la revisión de registros electrónicos. El Farmacéutico al dispensa su
medicación y ver sus patologías, puede recordarle que le conviene vacunarse e
informarse sobre la vacuna.
¡¡ESTO YA SE
ESTÁ HACIENDO, Y LAS TASAS DE VACUNACIÓN NO MEJORAN!!
¿Se podría
hacer algo diferente?
En algunos
países la participación del farmacéutico
y de la farmacia comunitaria en la campaña de
vacunación antigripal estacional ha incrementado las coberturas
vacunales de los pacientes de riesgo al facilitar el acceso a
la vacunación, permitiendo una complementariedad
con los centros de vacunación tradicionales.
Pueden leer una exposición
sistemática de los resultados en: “vacunación antigripal en la farmacia
comunitaria ¿por qué?”
En todos esos países (Australia, Estados Unidos, Irlanda, Portugal, Reino
Unido…) la administración de vacunas en
farmacia comunitaria incrementó, en términos generales, el número de pacientes vacunados.
Especialmente en grupos como:
Pacientes de riesgo que recibieron la vacuna por primera vez.
Pacientes menores de 65 con comorbilidades
Pacientes receptores ocasionales de la vacuna, o
Pacientes que de otra manera no tienen la oportunidad de ser vacunados, (pues se encontró un
porcentaje cercano al 20 % de individuos
que manifestaron que no se habrían vacunado si no se la hubieran ofrecido y
administrado en la farmacia).
Porque la farmacia permiten la administración de la vacuna a horas en los
que los consultorios médicos están cerrados. Hasta un 30% de vacunas
son administradas durante horas en las que los consultorios estaban cerrados. Y consigue duplicar a la vacunación
en otros lugares.
Por tanto, además de lo que se está haciendo, ¿se podría pilotar el mejorar
la accesibilidad a los puntos de vacunación usando lugares no tradicionales y
con horarios flexibles eliminando barreras burocráticas, petición de cita y
tiempo de espera en consulta?
No realizar un piloto que permita comprobar si a través de las farmacias
aumenta la tasa de vacunación antigripal. Rechazarlo sin valorar siquiera la
posibilidad del beneficio que supondría para el paciente y para el sistema
sanitario, sería una falta de responsabilidad.
¿Creen que la Farmacia sería un punto ideal de vacunación?
Seguro que tienen una cerca, algunas tienen horario ampliado. Se imagina no
pedir cita, no esperar, ir a la hora y el día que te venga bien. Conozco
pacientes que no se vacunan por este motivo, trabajan y no pueden ausentarse.
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