Sólo con leer
el título, me puedo imaginar vuestras caras de sorpresa y ¿curiosidad?
Tranquilos, no me he vuelto loca ni voy a poner un portal web de citas con
farmacéuticos. Aunque los farmacéuticos podemos ser (y somos) una muy agradable
compañía (aprovecho la ocasión para lanzar unos cuantos piropos al aire).
Este post no
va sobre citas ni “ligoteos” (para decepción de algunos). El post de esta
semana es una traducción (libre, por cierto, perdón si cometo algún error de
transcripción) de un artículo que ha caído en mis manos y creo que se merece
una pequeña lectura. Un pequeño homenaje a la figura del farmacéutico, de la
que tan orgullosa me siento.
Os dejo el
link por si queréis leerlo en su idioma original (inglés):
La idea de
traducir un post sobre farmacéuticos y su entorno no es nada novedoso ni
original por mi parte. La inspiración me vino gracias a mi compañero, y amigo,
Paco Rúa (y su excelente blog “El rincón del linimento”). La semana pasada hizo
una excelente entrada titulada “Un día en la vida de un farmacéutico”, una
traducción de un post en inglés de la farmacéutica Reena Barai. La acogida de
este post fue muy buena. Por eso, cuando leí este artículo, pensé en traducirlo
para que mucha más gentes pudiera disfrutarlo.
Como ya he
comentado, es una traducción libre por lo que me permito meter una cierta
interpretación por mi parte que pondré en letra cursiva para que sepáis que lo
he añadido yo. Una vez hecha esta pequeña introducción aclaratoria, comencemos
con el relato:
15 razones
para tener una cita con un farmacéutico
La próxima vez
que vayas a recoger los medicamentos que te han prescrito, no tengas miedo de
hacer un pequeño contacto visual con ese farmacéutico tan mono que hay detrás
del mostrador.
Aquí tienes 15
razones por las que puedes pedir una cita a un farmacéutico:
- El farmacéutico está entrenado para darse cuenta de todas tus necesidades de salud. Esto le hace ser un gran oyente (de hecho, en muchas ocasiones hacemos más de confesores que de sanitarios).
- Tu cita tendrá la habilidad de tomar decisiones y ofrecer consejos en ese mismo lugar.
- Los farmacéuticos son personas con grandes habilidades. Son amigables, intuitivos, amables y tranquilos (nunca me han gustado generalizar, así que dejo que cada uno se aplique a sí mismo si cumple estos requisitos).
- Los chistes sobre farmacéuticos son bastante divertidos (he de decir que mi marido no opina igual, suelen ser chistes bastante “frikis”).
- Los farmacéuticos ganan mucho dinero y tienen seguridad en el trabajo (aquí en España, ya te digo yo que no). Siempre necesitaremos gente que dispense los medicamentos y ofrezca consejos saludables en el mostrador.
- La demanda de farmacéuticos es alta y pueden trabajar casi en cualquier sitio (repito, aquí y ahora lo pongo en duda). Si en tu trabajo te mandan a otra ciudad, tu pareja farmacéutica estará encantado de mudarse también.
- Los farmacéuticos tienen un gran conocimiento de la anatomía humana. Ahí lo dejo (se puede decir más alto, pero no más claro).
- Esa bata de laboratorio cortita y sexy (y a mí que todas las batas me quedan grandes).
- Los farmacéuticos son humildes y bastante listos para sugerirte que acudas al médico para que te de su opinión cuando ellos no tengan la respuesta a tu consulta (al fin y al cabo nuestro trabajo es un trabajo en equipo, no somos dioses ni lo sabemos todo).
- Los farmacéuticos juegan según las reglas. La gente confía en ellos para no correr riesgos ante posibles interacciones medicamentosas (y esa confianza es lo que nos lleva a seguir trabajando como hasta ahora).
- Ellos saben exactamente como cuidar tus molestias estomacales o tus ataques de alergia (aquí no sé muy bien que comentar…).
- “Las chispas volarán”. Al fin y al cabo los farmacéuticos tienen un amplio conocimiento sobre química (la química es nuestra vida).
- Ellos se han construido unos grandes sistemas inmunitarios (gracias a muchos pacientes “generosos” que comparten sus virus desinteresadamente).
- Ventaja obvia: chequeos de presión sanguínea gratis.
- Los farmacéuticos hacen sentirse mejor a las personas (y punto).
Cuéntanos,
¿qué otras razones nos puedes dar para tener una cita con un farmacéutico?
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